Desde hace un tiempo el actual gobierno está casi exclusivamente preparándose para ser la principal oposición a partir del 10 de diciembre en lugar de tratar de facilitarle la tarea de reconstrucción social y económica que necesariamente deberá llevar a cabo el gobierno electo.
En su desesperación por galvanizar ese 40% que los votó insisten en hacer creer que la malaria a que condenaron a la gran mayoría de la población fue necesaria para lograr la plataforma que permita empezar a crecer y de esta manera lograr que quienes están "en la lona" comiencen su camino hacia su felicidad.
Siguen repitiendo que "lo peor ya pasó" pero todos sabemos que lejos está de pasar y muy por el contrario la miseria se sigue profundizando. Es posible que la idea sea que si el nuevo gobierno logra revertir este desastre digan que fue gracias al ajuste que ellos hicieron y si no lo consigue se deberá a su impericia dado que como diría el Bambino Veira "la base está". El gran problema que ni sus fanáticos se lo creen.
Tampoco debe extrañar que en esta retirada Mauricio Macri haya creado por decreto un régimen que le da estabilidad a los directores generales que hoy cumplen funciones en el estado por cinco años y que para poder removerlos el estado deberá pagarles una indemnización equivalente a los sueldos del tiempo que resta para completar ese plazo de cinco años. Es llamativo que el plazo establecido vence cuando ellos piensan que volverán a ser gobierno y entonces sí puedan cesantear a quienes quieran sin pagarles indemnización. Cuatro años sería demasiado alevoso. Debemos recordar que se trata de quienes se denominan funcionarios políticos y que debieran presentar sus renuncias con el cambio de gobierno.
No es nada novedosa la importancia que el macrismo le asigna a las comunicaciones en la construcción del "relato" que le permitió acceder a la Casa Rosada y mantenerse durante cuatro años. Con este criterio de condicionar lo más que se pueda al próximo gobierno Mauricio Macri busca designar a nuevos directores en Radio y Televisión Argentina S. E. (RTA), en el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y en la Defensoría del Público.
En esta tarea el presidente comparte cenas en Olivos con los periodistas incondicionales, que no son pocos, para asegurarse que por conveniencia no vayan a saltar la grieta y se pongan al servicio del nuevo gobierno. Los conoce demasiado.
Para curarse en salud el poder ejecutivo resolvió poner en vigencia tres artículos del Código Procesal Penal Federal que ponen límites a las prisiones preventivas. De esta manera se acota la libre interpretación de los jueces y juezas para disponer la detención de un imputado. Como decían nuestros mayores, el miedo no es zonzo.
Debemos estar atentos porque no sólo Cambiemos está cavando trincheras para resistirla probable reducción de la desigualdad creciente mediante una gradual redistribución de la riqueza generada en nuestro país.
También los grupos concentrados de la economía están en esa tarea. La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que agrupa a las compañías más importantes del país, sumó 6 nuevos socios. Esta asociación agrupa a empresas que facturan 53 mil millones de dólares, exportan 9 mil millones de dólares y emplean a 240 mil personas.
En un claro mensaje que apunta a condicionar al promocionado pacto social declaró que "La AEA aspira a que se movilicen plenamente las energías del sector privado, promoviendo así el desarrollo económico y social de la Argentina". Esto debe leerse como "no se metan con nosotros".
Debemos estar atentos para desbaratar todo intento de condicionamiento y para exigir que se avance decididamente en la disminución de la desigualdad.