Cuando nace un niño también nace una madre. Ya existía una mujer, pero ser madre es un ser nuevo. Y ahí se encuentra con una teta tan buena que le dará el primer sentimiento de placer. No existe la maldad ni la violencia y una cuna lo sostendrá en su sueño de ángel recién llegado. Y no existe el golpe del final y la agresión asesina. Y ahí están sus padres teniendo una cita a ciegas en el que conocieron al amor de sus vidas. Todo es amor alrededor. Todo es placer. Todos nosotros, en distintas circunstancias y momentos, hemos experimentado el mismo sentimiento de placer. Pero si bien hemos compartido esa misma experiencia, no todos compartimos ese mismo entorno adulto que lo producirá, desarrollará y formará para una vida, ni mejor ni peor, pero seguramente distinta.
Si alguien quiere ser médico debe ir a la Facultad de Medicina; si alguien quiere ser odontólogo debe concurrir a la Facultad de Odontología; pero lo que no existe es una facultad donde nos recibamos de padres.
Diez adolescentes rugbiers de Zárate mataron a Fernando Báez. Así fueron los titulares de los diarios y la televisión. Todo se minimizó a "los rugbiers asesinos" como si los límites y la contención sea pura y exclusivamente de ese deporte
Fernando se encontró en el mismo lugar, tiempo y espacio con los mismos pares que nacieron como él. Todos pasaron por esa teta buena y ese primer sentimiento de placer, pero no pasaron por ese mismo entorno adulto que los modificó y educó. Caminaron por diferentes veredas, descubrieron que la solidaridad y la maldad existen y se manifiestan, pero el entorno no fue suficientemente docente para mostrar y enseñar los límites.
La solidaridad no debería tener límites. Se manifiesta, se deja volar y que sea libre, abierta, sincera, honesta y con valores motivadores para seguir creciendo. En cambio, la maldad y la agresión van por la vereda de enfrente y sin límites se convierten en una terrible asesina y en un sicario sin plata. Esa agresividad en algún momento se manifestó en el entorno, sea hogar, escuela, clubes, amigos… Y un error en la infancia es un dolor de cabeza en la adolescencia. Sin contención y sin límites toma una dimensión tan grande que la muerte la codea y le pasa cerca. Tan cerca como Fernando Báez le pasó a diez ilimitados producidos y educados por un entorno adulto tan ilimitado como ellos.
El problema no es el rugby, al contrario: quizás sea la solución. He conocido personas altamente solidarias en ese deporte. El problema no es que sean de Zárate; un montón de grandes amigos tengo en esa enorme ciudad. Tampoco es el problema 10 adolescentes violentos, no toda la adolescencia argentina está perdida, muchos talentos existen escondidos. El problema está en la formación y entorno en todas sus facetas y estados. El problema no es la pared que se cae, sino los cimientos donde fue levantada. Es el maestro mayor de obra y sus albañiles los que fallaron. Ellos levantaron y alentaron esas paredes defectuosas. Es el error en la enseñanza y límites de valores. No hay forma, quizás, de tener un entorno adulto perfecto, pero sí un millón de maneras de un entorno suficientemente bueno. El rugby no es el problema.
¡Hasta la próxima!
Néstor Bueri / Psicólogo Social