Cuando la crisis del Coronavirus termine estudiaremos las consecuencias indirectas de la pandemia. Una de las más preocupantes es la obesidad, especialmente en el caso de los niños. Muchos expertos ya están alertando sobre los peligros de descuidar la alimentación y abandonar el ejercicio físico durante el confinamiento. Podemos hacer un esfuerzo por practicar deporte en casa; pero aún así, es normal que los niños se muevan menos que cuando iban al colegio. Razón extra para darle a la nutrición ese plus de importancia que exige la situación.
La alimentación es uno de los factores que impactan directamente en el desarrollo de los niños. En este periodo de encierro y cuarentena, mantener una adecuada nutrición y hábitos alimentarios acordes a la etapa de crecimiento de los más pequeños, muchas veces puede tornarse complejo, los niños también están viviendo un momento de incertidumbre que les causa ansiedad, angustia, alteración en su ritmo de sueño.
Necesitamos una alimentación balanceada que incorpore todos los grupos de alimentos: frutas, verduras, lácteos descremados. Es excelente incorporar frutos secos en la alimentación de los niños, con una pequeña cantidad se aporta gran cantidad de nutrientes. Carnes magras (vaca, pollo, cerdo y pescado), huevos y legumbres.
Tenemos que tener en cuenta que en la mesa también se educa. No podemos pretender que los niños coman un montón de frutas, verduras variadas y legumbres si nosotros, sus adultos de referencia, no lo hacemos. El ejemplo es también la manera más eficaz de inculcar buenos hábitos alimentarios. La paciencia es la mejor aliada. Evitar presionar a los chicos para que coman, mantener un buen ambiente en la mesa, evitar pantallas y distracciones, e involucrarlos en las tareas relacionadas con la alimentación son buenas estrategias.
Con respecto al consumo de galletitas, ultraprocesados y bebidas azucaradas la mejor medida es no tener. Si no están en casa ni los niños ni los adultos los van a comer. Y cuando sientan hambre, si lo que hay en casa son alimentos saludables, será lo que van a consumir. Hacer una lista de compras puede ser de ayuda
Tener más tiempo para cocinar nos brinda oportunidades: podemos experimentar, probar cosas nuevas, implicar a los niños en la preparación... Sin embargo, tiene también sus riesgos. Uno de ellos es el de caer en el exceso de improvisación. Si se espera a tener hambre para cocinar, es probable que se concedan demasiados "permitidos". Sentarse en familia y planificar un menú semanal, permitiendo que los niños propongan algunos de sus platos preferidos es una buena idea, además de asegurarse que la dieta general es equilibrada y saludable, vamos a estar fomentando un buen ambiente en el hogar.
No todo es malo! Este periodo de cuarentena ha permitido aumentar la cantidad de comida casera, las familias tienden a no saltarse comidas. El hecho de que los padres estemos mayor tiempo en nuestros hogares y, por supuesto, con nuestros hijos, permite que reorganicemos positivamente nuestra vida en muchos aspectos.
Es importante recordar que los hábitos alimentarios se forman durante la primera infancia, y somos los adultos quienes tenemos la responsabilidad de lograr que los niños desarrollen hábitos favorables para su salud.
Lic. Analía San Pedro - Equipo de Nutrición (MN 3301 MP4404). Centro Médico Rawson